Hoy mi aula de matemáticas comienza con álgebra: operaciones de suma y resta de monomios.
La dinámica que planteo tiene como fin, una vez visto el vídeo correspondiente a monomios, interiorizar el concepto de "monomio semejante".
¿Y si manipulamos monomios?
Para dinamizar este apartado, que a veces genera tantas dudas (sobre todo cuando explico la multiplicación) formulo el primer reto en el aula: una expresión algebraica en la que varios monomios se suman y restan, monomios semejantes o no, monomios semejantes cuyas partes literales estén formadas por variables ordenadas o desordenadas, monomios sencillos y otros complejos...el reto no es fácil para ellos.
Una vez la operación anterior queda anotada en la pizarra y se sorprenden al verla tan compleja, comienzan a trabajar "nuestras alfombrillas de colores", figuras de goma eva plastificada, de distintos colores y con un imán que facilite pegarlas en la pizarra.
Para ello clasifico las distintas partes literales encontradas en el ejercicio y equiparo cada una de ellas a un color, pegando una de nuestras "alfombrillas de colores".
Aprovechando los distintos ritmos de aprendizaje ¿Podemos organizar el aula con alumnos mentores y alumnos aprendices?
Una vez expuesto como agrupamos alfombrillas del mismo color extrayendo cada variable (con su correspondiente signo) y operando con ellas, se pasa al segundo reto: el primer paso es organizar un "equipo de alumnos mentores"; es decir, alumnos que realmente hayan comprendido este concepto y sean capaces de ayudar al "equipo de aprendices". Esto se puede valorar simplemente preguntando o realizando un ejercicio extra.
El siguiente paso será por tanto agrupar a los alumnos en parejas o pequeños grupos, repartir las "alfombrillas" de distintos colores a cada pareja y proponer la realización de un número determinado de operaciones de suma y resta de monomios (tantos como grupos haya). Como profe, iremos verificando como trabajan los alumnos mentores con su pareja o alumno aprendiz, así como si las explicaciones de los primeros a los segundos son claras; también se comprueba si los ejercicios planteados se realizan correctamente.
Una vez vayan finalizado el trabajo, comenzará el tiempo de corrección, pero en este caso saldrá a la pizarra la pareja o grupo completo (con sus correspondientes alfombrillas o tizas de colores, como prefieran).
Algo que me sorprende, es comprobar posteriormente cómo los propios alumnos, sin necesidad de yo pedirlo, dibujan sus propias "alfombrillas" de colores en el cuaderno. También disfruto viendo la evolución de este tipo de procesos, ya que si bien en 1º se interioriza con colores y alfombrillas, es en 2º cuando dejan de hacerlo y lo mecanizan sin dificultad.
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